jueves, 5 de julio de 2012

Carta a un dictador: Mariano Rajoy Brey


Señor Presidente:

Eres un dictador.

Elegido en las urnas, si pero dictador a fin de cuentas.

Me permito tutearte, porque, aunque personalmente no nos conocemos, soy uno de tus jefes, de los que te pagamos el salario.

Bueno lo era hasta que te convertiste en dictador.

Has dado un “golpe de estado” en el que de momento no se ha derramado sangre. Lo has hecho desde la fuerza que te da una mayoría que te nombro para tu puesto de forma equivocada. Todos los que te votaron (yo no estoy entre ellos), lo hicieron porque los engañastes. Les contaste que ibas a hacer una cosa y has hecho justo lo contrario, por lo que mantenerte en tu puesto solo se justifica por ese golpe de estado, silencioso, al que me refería antes.

Observa, que antes he dicho que “de momento no se ha derramado sangre”, pero no descarto que se derrame de continuar con esa actitud despótica hacia quien te entrego el mandato.

Verás, he estado reflexionando sobre tu corta trayectoria como presidente y pienso que…

  • Cuando te amparas en las mayorías absolutas para hacer cualquier cosa sin que nadie pueda discutirlo, gobernando a golpe de decreto. 
  • Cuando criminalizas al pueblo y montas un estado policial. 
  • Cuando se empieza a notar en prensa, radio y televisión una cierta censura, donde lo que no te satisface, no se ve ni se oye
  • Cuando destruyes derechos que nos han costado años adquirir. 
  • Cuando beneficias a los que mas tienen en perjuicio de los que menos tienen. 
  • Cuando convives con ladrones y corruptos y lo permites. 
  • Cuando justificas las barrabasadas de tus afines. 
  • Cuando juegas con la educación de las nuevas generaciones. 
  • Cuando retiras beneficios sociales a tu pueblo. 
  • Cuando no defiendes el laicismo y beneficias a la iglesia católica, por encima de cualquier otro credo o laicidad. 
  • Cuando luchas contra la verdadera igualdad social. 
  • Cuando quieres que abortar sea de nuevo un crimen. 
  • Cuando justificas la esterilización de los discapacitados. 
  • Cuando los empresarios y banqueros te están agradecidos. 
  • Cuando tu pueblo sufre y tu estas en el futbol.
  • Cuando tus líos  europeos te apartan de tus obligaciones nacionales.
  • Cuando malvendes el patrimonio de todos, que todos hemos pagado. 
  • Cuando privatizas derechos tan esenciales como la salud. 
  • Cuando hay gente pasando hambre en tu país y consientes que eso ocurra. 
  • Cuando te rodeas de ineptos para gobernar. 
  • Cuando tu gobierno se niega a solucionar cualquiera de los conflictos sociales planteados, dando la espalda a sindicatos y obreros. 
  • Cuando luchas para que el colectivo homosexual no tenga los mismos derechos que cualquier otro. 
  • Cuando, con la subida de tasas impides que los jóvenes acudan a la universidad. 
  • Cuando dejas sin sanidad a los más desfavorecidos. 
  • Cuando tocas, a la baja, las pensiones de nuestros ancianos.
  • Cuando te has cargado la ley de dependencia. 
  • Cuando vas ha poner en marcha una reforma educativa que nos alejará aun más de Europa y formará a la gente, de nuevo, en el “Espíritu Nacional” .
  • Cuando perdonas a los ladrones y defraudadores y persigues al obrero y el funcionario. 
  • Cuando permites que los bancos mantengan cerrado el crédito y desahucien a gente a la que la vida está maltratando. 
  • Cuando vas a hacer que entre todos paguemos los excesos y abusos de unos pocos. 
  • Cuando politizas la televisión publica y te amparas en una justicia también politizada. 
  • Cuando poniendo tasas judiciales imposibles impides el acceso a la justicia a los que no lo pueden pagar. 
  • Cuando justificas el delito, la falsedad y la corrupción entre tus allegados. 
  • Cuando vas a permitir que, económicamente, nos invadan y nos hagan pagar una inmensa deuda generada por unos pocos sinvergüenzas. 
  • Cuando ante las más inocentes y justas protestas, legislas como delito la resistencia pasiva. 
  • Cuando mantienes gente en huelga de hambre sin que tan siquiera se mencionen en tu televisión. 
  • Cuando consientes el crecimiento desmesurado de la riqueza de unos  mientras la mayoría se empobrece. 
  • Cuando cargas la mano siempre contra los mismos. 
  • Cuando te mantienes en el poder aun por encima de los deseos de tu pueblo

Cuando todo esto y mucho más ocurre, y mientras tú y tus colegas os regodeáis en una sucia riqueza, cobrando grandes salarios y dietas en múltiples puestos, malgastando el dinero de todos, cuando disfrutáis de una vida acomodada, de ricos, que nada tiene que ver con la del resto de tu pueblo…
 
Me obligas a llegar a la conclusión de cabecera:

Eres un DICTADOR.

Eres una replica casi perfecta del que fue tu Generalísimo, al que estoy seguro que añoras. O al menos, lo intentas…

Quizás peor aun…

La historia y nosotros, el pueblo, no te perdonaremos. Seguro.

Jose Ramiro, bloguero

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